La bella chocolatera (Jean-Étienne Lyotard, 1744, Pinacoteca de Dresden)
“Las criadas dormían en la cocina. Por grande que fuese la casa, aunque tuviese diez o doce habitaciones, en las familias de antes la costumbre esa que la cocinera y todas las criadas durmiesen en la cocina, en el mismo sitio en que cocinaban, fregaban y trabajaban durante todo el día. Por la mañana se lavaban la cara en el fregadero, donde tiraban el agua sucia de lavar y fregar. En la mayoría de las cocinas de entonces, el aire estaba siempre viciado por más que se ventilara”.
(Sándor Márai, Confesiones de un burgués)
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