jueves, 30 de diciembre de 2010

Citas corporales (I)




“El viaje no termina jamás. Sólo los viajeros terminan. Y también ellos pueden subsistir en memoria, en recuerdo, en narración… El objetivo de un viaje es sólo el inicio de otro viaje”.

(José Saramago)

sábado, 25 de diciembre de 2010

Papá Noel

Este relato de Adolfo A. Chouhy fue publicado por primera vez en Mundo hamburguesa, libro con textos breves  de su autoría editado en Buenos Aires en el año 2000.






"Rodríguez Peña, esquina Corrientes; sobre la mano derecha, la del carril exclusivo para colectivos, una farmacia.

En la esquina, junto a las drogas, un Papá Noel apoyado.

Hoy es veinticuatro de diciembre. Es de noche. Hace calor.

Como todo "Santa" usa su traje rojo y su clásica y prominente barba blanca. Un pantalón grueso de pana roja se mete con suavidad  en sus borcegos negros con punta reforzada. Debajo, unas piernas gordas y peludas soportan, exhaustas, treinta kilos de sobrecarga.

Papá Noel suda, y su sudor corre desde la axila hasta el ombligo sorteando la enorme y fláccida panza blanca.

Lanza la primera bocanada de humo.

Suspira.


Debajo de su saco rojo forrado en corderito, una camiseta.

El cigarrillo, apresado entre el índice y el mayor izquierdos se deshace en cenizas que una suave brisa veraniega esparce mientras el calor trata, en vano, de devolverles el fuego perdido.

Vuelve la colilla a su boca, se retira el humo, ñas cenizas, el calor, y la bronca. Mientras tanto, varias gotas de agua salda y tibia abruman su pobre frente.


Un chico se acerca y Papá Noel se apresura a tirar el cigarrillo.

-El pendejo me cagó el paso-piensa , y tose y le habla.

En eso, las ve. Unas piernas enfundadas en sendas medias negras se elevan hasta la minifalda junto a la ingenua cara del niño. Piensa: "está linda la guacha."

Pero el nene llora ,y las piernas abandonan al "Santa" que deseaba un poco de "acción" esta noche.


Claus enciende otro cigarrillo."


martes, 21 de diciembre de 2010

Los cuerpos y la basura (Parte I)



© Vilma Santillán (texto)

Cuerpos desgastados, cuerpos descartados, cuerpos abandonados… Esto es la basura. En su libro póstumo Echar a perder. Un análisis del deterioro el urbanista estadounidense Kevin Lynch (1918-1984) hace un interesante análisis sobre la decadencia y el deterioro en las ciudades modernas, su relación con la vida y el crecimiento de éstas y cómo el ser humano, creador y multiplicador de desechos, debe aprender a gestionarlos y a limitar el derroche para evitar que la basura afecte su salud, su confort, su subsistencia y el medio en que vive.

Dice Kevin Lynch: “Nuestro malestar con la degradación es tanto un producto de nuestras mentes como el resultado de peligros objetivos en su proceso… La jerga de la contaminación es muy rica, lo cual es un indicador de nuestro énfasis inconsciente… El pensamiento de la contaminación está extendido en las culturas humanas. Lo impuro puede ser material o simbólico… El acuerdo social acerca de lo que es impuro no sólo nos avisa de lo que es biológicamente peligroso, sino que nos ayuda a pautar el mundo… La basura en casa produce más consternación que en la calle, más en un arroyo que en el campo, más en una iglesia que en un garaje, y más en la mesa que en el suelo”.

[+ info en: Lynch, Kevin: Echar a perder. Un análisis del deterioro, Gustavo Gili, Barcelona. ISBN: 84-252-2044-0]

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Caravaggio, maestro del claroscuro

La Virgen de los palafreneros


© Vilma Santillán (texto)

Nacido como Michelangelo Merisi (1571-1610), pintor italiano más conocido como Caravaggio, no llegó a vivir 40 años pero su arte ha trascendido todas las fronteras y todos los tiempos. Este año, a cuatro siglos de su muerte, se le rindió homenaje en Roma, Italia, con una espectacular muestra en las Scuderie del Quirinale, muestra en la que se pudo reunir el 50% de su producción pictórica.

Creador de un arte innovador, veraz y popular, usó como modelos para sus obras vecinos de pueblo, cortesanas de Roma, gitanas y gitanos, niños sucios y descalzos. Por ello, muchos de sus cuadros encargados por la Iglesia fueron, luego de realizados, rechazados por ésta, por considerarlos “vulgares, sacrílegos, de mal gusto (…) alejados de todo buen pensamiento (…) Caravaggio violentó sistemáticamente el principio de decoro en la pintura sancionado por los ideólogos de la Contrarreforma, para quienes los personajes divinos debían aparecer con los atributos sagrados y no con aquellos que los vulgarizan a los ojos del espectador”. Más allá de estas opiniones de la época, su arte ejerció una influencia muy importante sobre varios pintores españoles del Barroco, como Ribera, Zurbarán, Velázquez o Luca Giordano.

Sus problemas con la Iglesia, sus continuos pleitos, su homosexualidad, los escándalos creados por sus obras, sus períodos en varias cárceles y sus fugas posteriores (de Roma y de Malta), su proscripción y su posterior condena a muerte en Roma, son todas circunstancias que rodean al artista y que crean la fama de un Caravaggio provocador e incomprendido (“un artista maldito” a la manera de Baudelaire), fama ésta que supera, en muchos casos, el conocimiento sobre sus obras.


[+ info en: González Prieto, Antonio y Tello, Antonio: Grandes Maestros de la Pintura: Caravaggio, Editorial Sol 90, Clarín, Barcelona, 2006. ISBN: 978-84-9820-363-5]

martes, 7 de diciembre de 2010

El placer de no poseer telefonía móvil


© Vilma Santillán (texto)

Móvel, móvil, mobile, telefonino, celular…todos nombres por los cuales se conoce al teléfono móvil en distintos países. Que más que teléfono hoy se ha constituido en cámara fotográfica, filmadora, buzón de mensajes, reproductor de audio, grabador, geolocalizador y… ¡hasta ayudante de cocina!

En mi carrera de posgrado era la única alumna que no poseía uno de estas maravillas tecnológicas del siglo XXI. En mi vida de relación puedo contar con los dedos de una mano cuántos me acompañan en esta situación atípica de la posmodernidad. Situación que, paradójicamente, me brinda silencio y tranquilidad al evitar la ansiedad de la consulta permanente a la pantallita brillante, permitiéndome concentrarme en aquellas cosas que realmente importan.