viernes, 20 de marzo de 2015

Viajes, tecnología e hiperconectividad




© Vilma Santillán (texto)

 

Antes se decía: el mundo es un pañuelo y desde hace unos años se viene escuchando: el mundo es una aldea. Es que, gracias a las nuevas tecnologías digitales, las distancias parecen haberse “acortado” y el viajar resulta cada día más fácil.

Empresas del sector turístico como Carlson Wagonlit Travel, Contagious, Amadeus y GSMA han estudiado cómo la presencia constante de la tecnología y la hiperconectividad van a cambiar en poco tiempo todo el proceso de viaje, antes, durante y después de éste. Interacción digital con el cliente, ofertas y servicios personalizados así como asesoramiento personalizado serán moneda corriente en menos de una década.

Si bien mucho de esto se ofrece actualmente en el mercado turístico, una conexión permanente con el agente de viajes a través de dispositivos móviles facilitará, por ejemplo, la resolución de contratiempos surgidos antes o durante el viaje en tiempo real. Así mismo, la comercialización de los distintos servicios turísticos será multicanal, pudiendo pasar el pasajero de una plataforma a otra sin inconvenientes.

Sin entrar en discusiones sobre los beneficios obvios para nuestras vidas del avance tecnológico, no debemos dejarnos deslumbrar por los espejos de colores que, desde algunas empresas, tratan de vendernos sobre las ventajas de la hiperconectividad para el viajero del futuro.

Sólo basta tener en cuenta que, dado que cada vez será más fácil acceder a los datos de los viajeros y compartirlos entre distintos proveedores para, por ejemplo, asignar asientos en trenes o aviones según las preferencias de los clientes, nos preguntamos quién más podrá compartir esta información y cómo se protegerán datos personales que muchos, seguramente, no estarán dispuestos a darlos a conocer. Si bien los sistemas de reserva integrados y la divulgación de los datos de perfiles de los pasajeros permitirán personalizar al detalle los viajes, volvemos al mismo interrogante de arriba: ¿dónde quedará la privacidad de las personas? ¿Y los cambios de gusto o de opinión o de idea respecto de algún viaje? También los bancos aprovecharán esta hiperconectividad ofreciendo a sus clientes la opción de los monederos digitales inteligentes, lo cual facilitará al viajero el seguimiento de sus transacciones pero también se lo facilitará a los posibles hackers que, probablemente, mejoren sus actividades delictivas digitales.

Pero esto es sólo el comienzo, porque durante el viaje se intensificarán los controles biométricos de los pasajeros, con lo cual podemos afirmar que los escritos de Paul-Michel Foucault sobre la biopolítica no perderán vigencia. Por supuesto que al viajero se le dirá que esto es para agilizar los controles y perder menos tiempo en colas y procedimientos de revisación de personas y de equipaje, así como para su propia seguridad y la del resto del mundo.

 [+ info en: www.pulsoturistico.com.ar ]

 

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